martes, 15 de abril de 2008

LAS DONCELLAS


Una doncella tendida es un continente virgen
o un inviolado bosque rodeado de misterio.

Hay en la cabellera pájaros encendidos
como a la orilla de los ríos sagrados,
la cabellera de árbol-de-la-noche-triste.

Un enjambre de besos tiembla sobre su rostro
igual que las abejas sobre el rostro del nardo.

Las manos, donde aprende caminos la fragancia,
acuerdan los antiguos incensarios de barro.

Los hombros tienen la suavidad de los helechos
y el brillo de los astros anónimos y puros.

Resbala en las cadenas de opulentos contornos
el peligro de seda de las panteras negras.

El mármol desvaría columnas en los muslos
y el ónix se enloquece de límpidas arcadas.

en los pequeños lagos detrás de las rodillas
las libélulas soplan las flautas de los lirios.

Y en los tobillos de oro la música reviven
el espectro remoto de danzas primitivas.

Inmóvil y desnuda es sagrada como los bosques.

OTTO RAÚL GONZÁLEZ
GUATEMALA

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