miércoles, 27 de febrero de 2008

ÉXTASIS


Lienzo embebido en ti
es ahora mi cuerpo,
del todo desasido
y sin otra envoltura que tu imagen.
En mí te llevo como si cargara
sobrecogida sangre.
Sales de ti
hacia el encuentro, génesis reciente,
y yo bebo y respiro
tu exhalación, la rama de tu gozo.
Allí donde se forma
el color de tus brazos enlazados
gira el anillo impar que me contiene.
Nadie me busque, nadie.
Soy tu vigilia,
me disuelvo, pequeña,
en la dulzura que tu pecho emana.
Soy tu sombra y la mía,
soy un desprendimiento de ti mismo.
Allí donde comienza
esa felicidad sufriente y bella,
voy a tu encuentro.
Me despojo de mí
con un sacudimiento
de aterrados manzanos.
Puedo en amor morir que seguiría
recorriendo la tierra con tus pasos,
en tus manos ahogada.

MARÍA GRANATA
ARGENTINA

CANCIÓN A LA BELLA DISTANTE


No era mi poesía. Mis poemas no eran.
Eras tú solamente, perfecta como un surco
abierto por palomas.

Eras tú solamente como un hoyo de lirios
o como una manzana que se abriera el corpiño.
Eras tú, oh distante presencia del olvido!

Clara como la boca del cristal en el agua,
tierna como las nubes que atraviesan el trigo
por los lados de mayo.

Dulce como los ojos dorados de la abeja;
nerviosa como el viaje primero de la alondra.

Eras tú y tenías delgadas de esperanza
las manos que me huyeron.
En tu sien, extraviadas, bullían las sortijas.
En tus perfectos ojos abril amanecía.
Estoy tan impregnado de tu voz siempreviva
que hasta esta inmensa noche parece que sonríe
y percibo el borde líquido de tu alma.

Andabas como andan en el árbol los astros.
Rezabas en silencio como una margarita.

Oh quién te viera abriendo esos libros que amabas
con el alma inclinada a la luz de las fábulas!
Qué viñeta de rosas tenían tus mejillas
cuando abrías los labios de amor de las palabras.
Y qué resplandeciente ciudad de serafines
descubrías, de pronto, en el cielo de estío.
Quiero besarte íntegra como luna en el agua.

Mañana en los delgados calendarios de ausencia
te encontraré buscando una pedrezuela tierna
para marcar una hora lejana que aún espero.

Recuerdo aquella tarde cuando quise besarte.
Tenían los cristales un fondo de mimosas
y la antigua ventana mecía los jardines.
Las llamas de los árboles se tornaban oscuras
y un ángel de eucalipto se apoyaba en el muro.

Escuchamos de pronto la carreta profunda
que atraviesa los prados con su carga de junio.
Pienso en aquella tarde y me encuentro más solo!

Las casas recogían la luz del occidente,
los caminos bajaban como arroyos en llamas,
la brisa estaba fija en el borde del álamo.
Pienso en aquella tarde y no sé por qué lloro...

CÉSAR DÁVILA ANDRADE
ECUADOR

CEREMONIA SOLITARIA BAJO LA LUZ DE LA LUNA


La masturbación es un caballo blanco
Galopando entre el jardín
Y el baño de mi casa
La masturbación se aprende
Mirando y mirando la luna
Abriendo y cerrando puertas
Sin darse cuenta que la entrada y la salida
Nunca han existido
Jugando con la desesperación
Y el terciopelo negro
Mordiendo y arañando el firmamento
Levantando torres de palabras
O dirigiendo el pequeño pene oscuro
Posiblemente hacia el alba
O hacia una esfera de mármol tibio y mojado
O en el peor de los casos
Hacia una hoja de papel como ésta
Pero escribiendo tan sólo la palabra
Luna
En una esquina
Pero sobre todo
Haciendo espuma de la noche a la mañana
Incluidos sábado y domingo.

JORGE EDUARDO EIELSON
PERÚ

HIPERESTESIA


Tiemblas, y tus cabellos locos se desparraman
como garfios de sombra en tu carne jugosa.
Mis manos, hogueras de cinco llamas, laman
el mármol de tu cuerpo hasta ponerlo al rosa.

Extendida a mis pies como una blanca alfombra
tiemblas; con tus temblores versos de angustia plasmo.
Tu labio es un sendero de sangre hacia el espasmo;
eres un surtidor de fiebre entre la sombra.

Mi boca como un sello en tu boca se graba
y en las morbideces de tu seno caldeado
mi pupila, ampolleta de vértigos, se clava.

Hincado en ti, como una garra de escalofrío,
me extinguiré, mis nervios como un humo rosado
irán en espirales de besos al vacío.

MIGUEL ÁNGEL LEÓN
ECUADOR

EN UN CUARTO DE HOTEL


En cuartito de hotel lindo y desconocido:
-horizontes azules, focos esmerilados-,
en donde entramos juntos, absortos y turbados
por el fiero imposible que habíamos vencido.

El me besó en la boca, y le entregué rendido
mi cuerpo frágil, dulce, deseoso y extenuado....
¡Oh reposo indecible después de lo pasado!
¡Oh delicia inefable después de lo sufrido!

Yo no sentí rubor de mi carne desnuda.
La dicha me ahogaba como una mano ruda
y el cristal de mis ojos se enturbiaba de llanto,

mientras él de rodillas, con sus besos furtivos,
abrazaba el marfil de mis pies sensitivos
con la fiebre ardorosa de su boca de santo.

MARIA MONVEL
CHILE

martes, 26 de febrero de 2008

PUEDO ESCRIBIR LOS VERSOS...


Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como esta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también le quería.
¡Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos!.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oir la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Que importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuanto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar sus oidos.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.

PABLO NERUDA
CHILE

AL QUE INGRATO ME DEJA, BUSCO AMANTE...


Al que ingrato me deja, busco amante;
al que amante me sigue, sigo ingrata;
constante adoro a quien mi amor maltrata;
maltrato a quien mi amor busca constante.

Al que trato de amor hallo diamante;
y soy al que de amor me trata;
triunfante quiero ver al que me mata
y mato al que me quiere ver triunfante.

Si a éste pago, padece mi deseo;
si ruego a aquél, mi pundonor enojo,
de entrambos modos infeliz me veo.

Pero yo por mejor partido escojo
de quien no quiero, ser violento empleo,
que de quien no me quiere, vil despojo.

SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ
MÉXICO

ALGUNA VEZ, DE PRONTO, ME DESPIERTO...


Alguna vez, de pronto, me despierto:
Un dolor me recorre tenazmente,
un dolor que está siempre, agazapado,
por saltar, desde adentro.
Entonces tengo miedo.
Entonces, me doy cuenta que estoy sola
frente a mí, frente a Dios, frente a un espejo
lleno de mis imágenes,
de rostros polvorientos.

Estoy sola, pero siempre estoy sola:
Es lo único cierto.
El amor era un huésped,
la soledad es siempre el compañero
que permanece al lado, inconmovible.
Lo único seguro, verdadero.
Oigo mi corazón, vieja campana
que dobla y que golpea,
que rebota en las sienes y en la nuca
y en la boca y los dedos.
Es cierto, tengo miedo.
Miedo de no poder gritar, de pronto,
de que ya sea demasiado tarde
para un ruego.
La costumbre ahoga las palabras
y alarga el desencuentro.
Ah, tantas cosas quedarán ocultas,
perdidas, sin recuerdo,
tantas palabras que no fueron dichas,
tantos gestos.

Unos dirán: Yo sé, la he conocido,
fue una ardiente rebelde,
se desolló las manos y la vida
por defender los que creyó más débiles.
Otros dirán: Yo sé, la he conocido,
era dura, malévola,
avara de ternura, con la boca
mostraba su desprecio.
Alguien dirá: Y cómo sonreía...
Qué importa
lo que vendrá después del gran silencio.
Claro que tengo miedo.
Así, en la madrugada
mientras algún dolor -un dolor, siempre-
va hincando sus agujas en mi cuerpo,
abro las manos en la sombra dulce
para atrapar mi soledad, de nuevo,
y me quedo a su lado, sin moverme,
con los ojos abiertos
la vida detenida.
Toda mi sangre es un temor inmenso

JULIA PRILUTZKY
ARGENTINA

CANONICEMOS A LAS PUTAS


Santoral del sábado: Bety, Lola, Margot, vírgenes perpetuas, reconstruidas,
mártires provisorias llenas de gracia, manantiales de generosidad.

Das el placer, oh puta redentora del mundo, y nada pides a cambio sino unas monedas miserables.
No exiges ser amada, respetada, atendida, ni imitas a las esposas con los lloriqueos, las reconvenciones y los celos.
No obligas a nadie a la despedida ni a la reconciliación; no chupas la sangre ni el tiempo; eres limpia de culpa; recibes en tu seno a los pecadores, escuchas las palabras y los sueños, sonríes y besas. Eres paciente, experta, atribulada, sabia, sin rencor.

No engañas a nadie, eres honesta, íntegra, perfecta; anticipas tu precio, te enseñas; no discriminas a los viejos, a los criminales, a los tontos, a los de otro color; soportas las agresiones del orgullo, las asechanzas de los enfermos; alivias a los impotentes, estimulas a los tímidos, complaces a los hartos, encuentras la fórmula de los desencantados. Eres la confidente del borracho, el refugio del perseguido, el lecho del que no tiene reposo.

Has educado tu boca y tus manos, tus músculos y tu piel, tus vísceras y tu alma. Sabes vestir y desvestirte, acostarte, moverte. Eres precisa en el ritmo, exacta en el gemido, dócil a las maneras del amor.

Eres la libertad y el equilibrio; no sujetas ni detienes a nadie; no sometes a los recuerdos ni a la espera. Eres pura presencia, fluidez, perpetuidad.

En el lugar en que oficias a la verdad y a la belleza de la vida, ya sea el burdel elegante, la casa discreta o el camastro de la pobreza, eres lo mismo que una lámpara y un vaso de agua y un pan.

Oh puta amiga, amante, amada, recodo de este día de siempre, te reconozco, te canonizo a un lado de los hipócritas y los perversos, te doy todo mi dinero, te corono como hojas de yerba y me dispongo a aprender de ti todo el tiempo.

JAIME SABINES
MÉXICO

EDEN DE LOS EDENES


En la grata penumbra de la alcoba
todo, indecisamente sumergido
y ella, desmelenada en el mullido
y perfumado lecho de caoba;

tembló mi carne enfebrecida y loba,
y arrobeme a su cuerpo repulido
como un jazminero florecido
una alimaña pérfida se arroba;

besé con beso deleitoso y sabio
su palpitante desnudez de luna
y en insaciada exploración, mi labio

bajó al umbroso edén de los edenes
mientras sus piernas me formaban una
corona de impudor sobre las sienes...

MIGUEL RASH-ISLA
COLOMBIA

CIFRA


Cómo el dolor me abre el deseo.

Tenderme a la vera de tu cuerpo
sospechando las ansias,
los temblores,
ornar con flores robadas
el puente de nuestro aliento
intercambiando besos,
trozos de tiempo.

El sol se nos metió en los dedos
haciendo borbotar
el caldo del encuentro.

Al instante le crece permanencia.

Tu latido dialoga con mi pena
que sin nosotros notarlo
se ha disuelto.

Todo sucumbe al punto, sin embargo,
y vuelvo a ser
una cifra cualquiera en un cuaderno.

RENEE FERRER
PARAGUAY

DEFINICIONES


Podríamos tener una discusión sobre el amor.
Yo te diría que amo la curiosa manera
en que tu cuerpo y mi cuerpo se conocen,
exploradores que renuevan
el más antiguo acto del conocimiento.

Diría que amo tu piel y que mi piel que te ama,
Que amo la escondida torre que
de repente se alza desafiante
y tiembla dentro de mí
buscando la mujer que anida
en lo más profundo de mi interior de hembra.

Diría también que amo tus ojos
que son limpios y que también me penetran
con vaho de ternura o de preguntas.

Diría que amo tu voz
sobre todo cuando decís poemas,
pero también cuando sonás serio,
tan preocupado por entender
este mundo tan ancho y tan ajeno.

Diría que amo encontrarte
y sentir dentro de mí
una mariposa presa
aleteándome en el estómago
y muchas ganas de reírme
de la pura alegría de que existía y estás,
de saber que te gustan las nubes
y el aire frío de los bosques de Matagalpa.
Podríamos discutir si es serio esto que
te digo.
Si es una quemadura leve, de segundo, tercer
o primer grado.
Si hay o no que ponerle nombre a las cosas.
Yo sólo una simple frase afirmo
Te amo

GIOCONDA BELLI
NICARAGUA

VOZ DEL SILENCIO


Caminos rotos escinden mis sueños
huellas con prisa se esparcen
en gotas de luz
espacio que deja un lento discurrir
de sombra
es el recuerdo
silencio miedo asombro
su mirada sabe a ausencia
a olvido
a espanto ante el resquicio
de la muerte
sólo el que ama sabe
del instante incierto
de la espera.

CLARIBEL DÍAZ
REPÚBLICA DOMINICANA

AMOR AUSENTE


Siempre estás allá, como el mañana.
Procurando abreviar la espera mía,
amanezco mil veces cada día
y echo a volar el cielo en la ventana.

Para encender una esperanza vana,
para aromar de músicas la vía
y constelar la soledad vacía
le basta al hombre con su sed humana.

Sin embargo en las horas en que el mundo
muere de sombra, y el clamor suicida
golpea el corazón con mano fuerte,

gimen los peces en el mar profundo.
Amar ausente es orbitar la vida
desde las alas frías de la muerte.

Donde el amor dejó su sed escrita,
en ansia desplegó su dulce vuelo;
y para cada ascenso se abrió un cielo
de emoción espasmódica inaudita.

Cuando el adiós anocheció la cita
y el nunca más humedeció el pañuelo,
quemó lámparas lentas el desvelo
desde la soledad más infinita.

En la hojarasca gris del calendario
ardo, literalmente, en esta espera,
con un fulgor que es casi un fanatismo,

soñando que una vez tu itinerario
arribará a una pausa verdadera
en este amor que vive de sí mismo.

ELSIE ALVARADO DE RICORD
PANAMÁ

TE QUIERO PORQUE TIENES...


Te quiero porque tienes las partes de la mujer
en el lugar preciso
y estás completa. No te falta ni un pétalo,
ni un olor, ni una sombra.
Colocada en tu alma,
dispuesta a ser rocío en la yerba del mundo,
leche de luna en las oscuras hojas.
Quizás me ves,
tal vez, acaso un día,
en una lámpara apagada,
en un rincón del cuarto donde duermes,
soy la mancha, un punto en la pared, alguna raya
que tus ojos, sin ti, se quedan viendo.
Quizás me reconoces
como una hora antigua
cuando a solas preguntas, te interrogas
con el cuerpo cerrado y sin respuesta.
Soy una cicatriz que ya no existe,
un beso ya lavado por el tiempo,
un amor y otro amor que ya enterraste.
Pero estás en mis manos y me tienes
y en tus manos estoy, brasa, ceniza,
para secar tus lágrimas que lloro.
¿En qué lugar, en dónde, a qué deshoras
me dirás que te amo? Esto es urgente
porque la eternidad se nos acaba.
Recoge mi cabeza. Guarda el brazo
con que amé tu cintura. No me dejes
en medio de tu sangre en esa toalla.

JAIME SABINES
MÉXICO

SUSPENSIÓN


Fuera de mí, en el espacio, errante,
la música doliente de un vals;
en mí, profundamente en mi ser,
la música doliente de tu cuerpo;
y en todo, viviendo el instante de todas las cosas,
la música de la noche iluminada.
El ritmo de tu cuerpo en mi cuerpo...
El giro suave del vals lejano, indeciso...
Mis ojos bebiendo tus ojos, tu rostro.
Y el deseo de llorar que viene de todas las cosas.

VINICIUS DE MORAES
BRASIL

ECOS DE CASA VACÍA (VIII)


Tengo miedo.
Qué difícil contarte esta verdad,
porque tú no sabes nada
sobre su vestimenta leve,
que se va deslizando
por los huesos
y se prende
como una enredadera amarga
en lo más hondo
de las raíces de la vida.
Qué importa.
Todo es tan inútil.
Uno está atrapado,
encogido como un feto,
sin luchar,
porque el miedo bestial
te ahoga, te aprisiona.
No hay sueños, ni recuerdos.
Sólo el agua glauca,
maligna,
que sumerge el cuerpo tembloroso
dentro del miedo.

CARMEN MATUTES
GUATEMALA

POEMA 21


Tu voz me sabe a camino,
a amanecer de un día,
a noche plagada de luces.
A veces se aleja de mí
y jura que es definitivo,
entonces quedo viéndome los pies
o muevo una mano
para espantar algún recuerdo.
En ocasiones regresa para cerrarme los labios
y abrirme los ojos,
y me cuenta que se enredó en una garganta,
en los muslos de alguna mujer
o que se sentó frente a la puerta de una casa,
en cualquier ciudad.

Tu voz se precipita en los caminos,
corrompe, resucita,
va desnuda por las calles
bailando una canción que nadie canta,
arrastra los pies
y nace un niño,
sabe de memoria los nombres,
los cumpleaños,
de todos los que han muerto;
corre
y los pájaros regresan,
corre
y aparece
–casi imperceptible–
una sonrisa en el rostro de los abuelos,
corre
y vuelve a mí, bailando.

Tu voz,
es la mejor cura contra los años.

RENÉ NOVOA
HONDURAS

PREÑEZ


Trepando por rutas
de sangre dormida
esperan cuajar
rasgos y raza
herencia y aventura
episodio y fecha

peregrinos
de nerviosa cola
buscando la vida
atraviesan
su tramo de muerte

Los ha lanzado
el redoble de un falo ansioso
en la rosa frontera cálida

Cerrada la esfera atisba
el bravo oleaje letal

cuando la alcanzan
la coronan la asedian
le piden su existencia

uno será
los otros se volverán
principio baldío

DINA POSADA
EL SALVADOR

MELANCOLÍA


La sutil hilandera teje su encaje oscuro
con ansiedad extraña, con paciencia amorosa.
¡Qué prodigio si fuera hecho de lino puro
y fuera, en vez de negra la araña, color rosa!

En un rincón del huerto aromoso y sombrío
la velluda hilandera teje su tela leve.
En ella sus diamantes suspenderá el rocío
y la amarán la luna, el alba, el sol, la nieve.

Amiga araña: hilo cual tú mi velo de oro
y en medio del silencio mis joyas elaboro.
Nos une, pues, la angustia de un idéntico afán.

Mas pagan tu desvelo la luna y el rocío.
¡Dios sabe, amiga araña, qué hallaré por el mío!
¡Dios sabe, amiga araña, qué premio me darán!

JUANA DE IBARBOUROU
URUGUAY

AMOR


Lo soñé impetuoso, formidable y ardiente;
hablaba el impreciso lenguaje del torrente;
era un mar desbordado de locura y de fuego,
rodando por la vida como un eterno riego.

Luego soñélo triste, como un gran sol poniente
que dobla ante la noche la cabeza de fuego;
después rió, y en su boca tan tierna como un ruego,
soñaba sus cristales el alma de la fuente.

Y hoy sueño que es vibrante y suave y riente y triste,
que todas las tinieblas y todo el iris viste,
que, frágil como un ídolo y eterno como Dios,

sobre la vida toda su majestad levanta:
y el beso cae ardiendo a perfumar su planta
en una flor de fuego deshojada por dos....

DELMIRA AGUSTINI
URUGUAY

EL AMOR


El amor es algo que viene y calienta
una vez. Y un instante no más,
-si es que viene-
Y después de esta costumbre de calor,
otra vez, ¡ay! nos deja muriendo solos.

¡En estos silencios! Este dejarse llevar
más allá de las barras de los bares,
y más allá del bien y del mal.

El amor es algo punzante. Y en verdad
con olor
que desaparece y nos dice. “Yo estuve aquí”
-reseda- en la rara y tenue sensación
de aromar,
en la habitación ya vacía...

MARIO RIVERO
COLOMBIA

BAJO LOS OJOS DEL AMOR


Aún eres tú en medio de una incesante cascada
de esmeraldas y de sombras, como una larga
palabra de amor, como una pérdida total.

Aún eres tú quien me tiene a sus pies
como una blanca cadena de relámpagos,
como una estatua en el mar, como una rosa
deshecha en cortos sueños de nieve y sombras,
como un ardiente abrazo de perfumes en el centro del mundo.

Aún eres tú como una rueda de dulces tinieblas
agitándome el corazón con su música profunda,
como una mirada que enciende callados remolinos
bajo las plumas del cielo, como la yerba de oro
de una trémula estrella, como la lluvia en el mar,
como relámpagos furtivos y vientos inmensos en el mar.

En el vacío de un alma donde la nieve descarga
en una ventana hecha con los resonantes emblemas del otoño,
como una aurora en la noche, como un alto puñado de flechas
del más alto silencio aún eres tú, aún es tu reino.

Como un hermoso cuerpo que baña la memoria,
como un hermoso cuerpo sembrado de soledad y mariposas,
como una levantada columna con el tiempo a solas,
como un torso cálido y sonoro, como unos ojos
donde galopa a ciegas mi destino y el canto es fuego,
fuego la constelación que desata en nuestros labios
la gota más pura del fuego del amor y de la noche,
la quemante palabra en que fluye el amor, aún.

JAVIER SOLOGUREN
PERÚ

lunes, 25 de febrero de 2008

DESPECHO


¡Ah, que estoy cansada! Me he reído tanto,
tanto, que a mis ojos ha asomado el llanto;
tanto, que este rictus que contrae mi boca
es un rastro extraño de mi risa loca.

Tanto, que esta intensa palidez que tengo
(como en los retratos de viejo abolengo),
es por la fatiga de la loca risa
que en todos mis nervios su sopor desliza.

¡Ah, que estoy cansada! Déjame que duerma,
pues como la angustia, la alegría enferma.
¡Qué rara ocurrencia decir que estoy triste!
¿Cuándo más alegre que ahora me viste?

¡Mentira! No tengo ni dudas, ni celos,
ni inquietud, ni angustias, ni penas, ni anhelos.
Si brilla en mis ojos la humedad del llanto,
es por el esfuerzo de reírme tanto...

JUANA DE IBARBOUROU
URUGUAY

TANGO


La ciudad no eras vos
No era tu confusión de lenguas
ni de sexos
No era el cerezo que florecía -blanco-
detrás del muro
como un mensaje de Oriente
No era tu casa
de múltiples amantes
y frágiles cerraduras

La ciudad era esta incertidumbre
la eterna pregunta -quién soy-
dicho de otro modo; quién sos.

CRISTINA PERI ROSSI
URUGUAY

SI TÚ ME OLVIDAS


Quiero que sepas
una cosa.
Tú sabes cómo es esto:
si miro
la luna de cristal, la rama roja
del lento otoño en mi ventana,
si toco
junto al fuego
la impalpable ceniza
o el arrugado cuerpo de la leña,
todo me lleva a ti,
como si todo lo que existe,
aromas, luz, metales,
fueran pequeños barcos que navegan
hacia las islas tuyas que me aguardan.
Ahora bien,
si poco a poco dejas de quererme
dejaré de quererte poco a poco.
Si de pronto
me olvidas
no me busques,
que ya te habré olvidado.
Si consideras largo y loco
el viento de banderas
que pasa por mi vida
y te decides
a dejarme a la orilla
del corazón en que tengo raíces,
piensa
que en ese día,
a esa hora
levantaré los brazos
y saldrán mis raíces
a buscar otra tierra.
Pero
si cada día,
cada hora
sientes que a mí estás destinada
con dulzura implacable.
Si cada día sube
una flor a tus labios a buscarme,
ay amor mío, ay mía,
en mí todo ese fuego se repite,
en mí nada se apaga ni se olvida,
mi amor se nutre de tu amor, amada,
y mientras vivas estará en tus brazos
sin salir de los míos.

PABLO NERUDA
CHILE

TU, QUE NUNCA SERAS


Sábado fue, y capricho el beso dado,
capricho de varón, audaz y fino,
mas fue dulce el capricho masculino
a este mi corazón, lobezno alado

No es que crea, no creo, si inclinado
sobre mis manos te sentí divino,
y me embriagué. Comprendo que este vino
no es para mí, más juego y rueda el dado.

Yo soy la mujer que vive alerta,
tú el tremendo varón que se despierta
y es un torrente que se ensancha en río,

y más se encrespa mientras corre y poda.
Ah, me resisto, más me tienes toda,
Tú, que nunca serás del todo mío.

ALFONSINA STORNI
ARGENTINA

OBRERITO


Madre, cuando sea grande,
¡ay..., qué mozo el que tendrás!
Te levantaré en mis brazos,
como el zonda al herbazal.

O te acostaré en las parvas
o te cargaré hasta el mar
o te subiré las cuestas
o te dejaré al umbral.

¿Y qué casal ha de hacerte
tu niñito, tu titán,
y qué sombra tan amante
sus aleros van a dar?

Yo te regaré una huerta
y tu falda he de cansar
con las frutas y las frutas
que son mil y que son más.

O mejor te haré tapices
con la juncia de trenzar;
o mejor tendré un molino
que te hable haciendo el pan.

Cuenta, cuenta las ventanas
y las puertas del casal;
cuenta, cuenta maravillas
si las puedes tú contar...

GABRIELA MISTRAL
CHILE

PREPARACION PARA LA MUERTE


La vida es un milagro.
Cada flor,
con su forma, su color, su aroma,
cada flor es un milagro.
Cada pájaro,
con su plumaje, su vuelo, su canto,
cada pájaro es un milagro.
El espacio, infinito,
el espacio es un milagro.
El tiempo, infinito,
el tiempo es un milagro.
La memoria es un milagro.
La conciencia es un milagro.
Todo es milagro.
Todo menos la muerte.
-Bendita muerte, que es el fin de todos los milagros.

MANUEL BANDEIRA
BRASIL

YO QUISIERA SER NIÑA


Yo quisiera ser niña
para acoplar las nubes a distancia
(Claudicadoras altas de la forma),

Para ir a la alegría por lo pequeño
y preguntar,
como quien no lo sabe
el color de las hojas
¿Cómo era?

Para ignorar lo verde,
el verde mar,

La respuesta salobre del ocaso en retirada,
el tímido gotear de los luceros
en el muro vecino,

Ser niña
que cayera de pronto
dentro de un tren con ángeles,
que llegaban así, de vacaciones
a correr un poquito por las uvas,
o por nocturnos
fugados de otras noches
de geometrías más altas.

Pero ya, ¿que he de ser?
Si me han nacido estos ojos tan grandes,
y esos rubios quereres de soslayo.

Cómo voy a ser ya
esa que quiero yo
niña de verdes,
niña vencida de contemplaciones,
cayendo de sí misma sonrosada,
... si me dolió muchísimo decir
para alcanzar de nuevo la palabra
que se iba,
escapada saeta de mi carne,

y me ha dolido mucho amar a trechos
impenitente y sola,
y hablar de cosas inacabadas,
tinas cosas de niños,
de candor disimulado,
o de simples abejas,
enyugadas a rosarios tristes.

O estar llena de esos repentes
que me cambian el mundo a gran distancia,

Cómo voy a ser ya,
niña en tumulto,
Forma mudable y pura,
o simplemente, niña a la ligera,
divergente en colores
y apta para el adiós
a toda hora.

EUNICE ODIO
COSTA RICA

VIDA



Vida:

sella mi pacto contigo.
Hunde tus brazos azules
por el arco de mi boca,
derrámate como un río
por las salobres galerías de mi cuerpo, llega
como un ladrón, como aquel
al que imprimen en la frente de improviso
el impacto quemante de la dicha,
como quien no puede esconder más bajo el abrigo
una noticia magnífica y quiere reírse solo,
y está el amor que se le riega por los codos
y todo se lo mancha,
y no hay quien lo mire que no quiera
besar dos veces las palmas de sus manos.
Vida: asómate a mi carne, al laberinto
marino de mi entraña,
y atiende con arrobo irreprimible
a este niño infinitesimal
urdido por el cruce de fuego de dos sexos.
Por él he de partir en dos mi corazón
para calzar sus plantas diminutas.
Vida: coloca en su cabeza de la altura de un ave
el techo de tu mano. No abandones jamás
a este cachorro de hombre que te mira
desde el sueño plateado de su tarro de luna.
Coloca, con levedad silvestre, tu beso inaugural
en sus costillas de barquito de nuez. No lo abandones,
es tu animal terrestre, el puñado de plumas
donde se raja el viento.
Vida: acoge a esta criatura
que cabe en un durazno.
Yo te nombro en su nombre su madrina.
Alzo por ti mi vientre.
Vida: abre los brazos.

ANA ISTARÚ
COSTA RICA

sábado, 23 de febrero de 2008

SOL SERPIENTE


Sol serpiente ojo fascinado a mi ojo
y la mar piojenta de islas chascando los dedos de rosas
lanzallamas y mi cuerpo intacto de fulminado
el agua exalta los cascos de buques de luz perdidos
en la garganta sin gloria
de los torbellinos de témpanos que aureolan el corazón
humeante de los cuervos
nuestros corazones
es la voz de los rayos amansados girando en sus goznes
de hendijas
transmisión de anolis al paisaje de vidrios quebrados
son las flores vampiros en relevo de orquídeas
elixir del fuego central
fuego justo mando de noche henchido de abejas
mi deseo un azar de tigres sorprendidos en los azufres
pero el despertar estañoso se dora con los infantiles
yacimientos
y mi cuerpo de guijarro comiendo pescado comiendo
palomas y sueños.
el azúcar de la palabra Brasil en el fondo de la ciénaga.

AIMÉ CESAIRE
MARTINICA

PARA CELEBRAR UNA INFANCIA


¡Palmeras...!
Entonces te bañaban en el agua de hojas verdes;
y era también el agua verde sol, y las sirvientas de tu madre,
altas mozas lucientes, meneaban sus cálidas piernas cerca de tu temblor...
(Hablo de una alta condición, antaño, entre los trajes, en el reino de girantes claridades.)

¡Palmeras...! ¡y la dulzura
de una vejez de las raíces...! la tierra
entonces deseó ser más sorda, y el cielo más
profundo en donde los árboles demasiado grandes,
fatigados de un oscuro designio, anidaban un pacto
inextricable...
(He tenido este sueño, en la estimulación: una segura
permanencia entre las telas entusiastas.)
Y las altas
raíces curvadas celebraban
la partida de los prodigiosos caminos, la invención de las bóvedas y las naves,
y la luz entonces, en más puros hechos fecunda,
inauguraba el blanco reino al que lleve tal vez un cuerpo sin sombra...
(Hablo de una alta condición, antaño, entre hombres y sus hijas, que masticaban cierta hoja.)
Entonces, los hombres tenían
una boca más grave, las mujeres tenían brazos más lentos;
entonces, de nutrirse como nosotros las raíces, grandes bestias taciturnas se ennoblecían;
y más largos sobre más sombra se levantaban los párpados...
(Tuve ese sueño, nos ha consumido sin reliquias.)

SAINT-JOHN PERSE
GUADALUPE

PERLAS


Cuando los marines detuvieron el carro
y les dijeron que salieran, él se rió.
Cuando les dijeron que abrieran
el baúl para poder requisarlo,
él se rió.
Un marine dijo que
estaban buscando cubanos, y
él se rió.
Los marines levantaron
los tapices del piso del carro,
él se rió.
Acabaron la requisa,
tocaron sus sombreros, les indicaron
que siguieran adelante por Pearls, y él se rió.
Dijo, este es mi país
y un soldado extranjero me acaba
de requisar, y se rió tan duro
que tembló.
Esta experiencia es
preciosa, dijo, no se puede comprar
con nada.
Sonrió y añadió, Pero
la pagamos en efectivo.
Después
dijo, Creo que lo peor de todo, es que
nosotros los invitamos. Los pollos
no levantan la vista y graznan cuando
saben que el gavilán anda por ahí.
Se rió de nuevo y dijo, la cosa
más natural del mundo es
oponerse a un invasor, ¿no
crees? Recapacitó y dijo pensativo,
Incluso, hizo una pausa, incluso
si uno no apoya a los que ellos
dicen que vienen a joder.
Y dijo,
El punto es que se metieron
en la casa y están actuando
como si fuera suya. Se rió.
Estaban
buscando cubanos; no fue por
eso que vinieron.
Concluyó,
yo creo que resistirse sería
ilegal. Y se rió.
Y dijo,
Antes, resistirse a la esclavitud
era ilegal.
Y lo peor de todo
es que nosotros mismos nos metimos
en este lío.
Él dijo, tú siempre
sabes todas las respuestas. ¿Qué
crees tú que debemos hacer?
Ella
lo miró de reojo y guardó silencio. Miraba
la carretera mientras manejaba, y él
se rió como si nunca fuera a dejar de reírse.

MERLE COLLINS
GRANADA

COLLAR II


Desde que pusiste este collar en mi cuello
tapé las grietas
compuse el broche
le quité la red de algas apelmazadas de pelo sin peinar
porque bajo estas excrecencias
acechan piedras pulidas
tronos resbalosos
atrapan redes arrastradas
que hunden barcos como si fueran piedras de molino
puse su belleza bajo el sol
pero las protegí de la insolación
las piedras brillan a veces
el fuego ruge
anillando todo el mar
y hasta los zafiros se queman
desde que pusiste en mi cuello este collar
de conchas de chipi-chipi hecha a mano
para ser más rica o más pobre
para bien o para mal
me lo puse
lo arreglé
y no cambiaría mi amor
por nada en este mundo
consciente
de que cuando llegue mi hora
debo entregar estas piedras lisas
tal como tú me las distes
con honor
y reverencia

CYNTHIA JAMES
TRINIDAD Y TOBAGO

HAITÍ



Haití innegable, brillantemente
ha encarnado los grandes ideales de justicia,
de dignidad y libertad
Haití de pie sola en esa época,
dolorosamente sola,
patéticamente sola frente al orden esclavista
Haití rompedora de cadenas
Haití violadora de tabúes
Haití ladrona del fuego sagrado
Haití prometeica de gestuales subversivos
y de gritos de audacia
que quiebran la fascinación de la trampas
Haití enigmática por quien llega el escándalo

FRANKETIENNE
HAITÍ

ESLABÓN DE LA CADENA


Con trozos de cordel
con recortes de madera
con todos los despojos de todo
con golpes bajos
con hojas secas recogidas con pala
con restos de sábanas
con lazos desgarrados
con eslabones de cadena forzados
con huesos de morena
con látigos arrancados
con caracolas marinas
con banderas y tumbas descabaladas
por rombos
y trombas
construirte

AIME CESAIRE
MARTINICA

CON LA LENGUA


Deseo escribir una loa
en honor de tu sexo:
Nido oculto entre la fronda
y las lomas de tu cuerpo.

Abro el Diccionario
de la Lengua Española.
Suavemente mis dedos
separan sus sabias hojas.

Leo, releo y, tras una pausa,
transcribo al pie de la letra:
Adufa: plancha, compuerta
para cortar el paso del agua.

Corola: segundo verticilo
de las flores completas...
Brasa: carbón encendido,
rojo por la total incandescencia...

Salto, chispeante, a la zeta:
Zaguán: espacio cubierto
situado dentro de una casa,
y que sirve de entrada a ella...

EDUARDO MITRE
BOLIVIA

AL CABALLERO DE LA ROSA


En su abrazo yo abrazaba todas las rosas:
las rosas de la piedra y las del sueño,
las rosas del torrente y las del vino,
las furibundas rosas cinceladas
sobre el cráneo del sol, en ajetreo continuo;
las de apretada nieve, rosas, con que ciño
mi frente en un círculo de llamas;
y las implacables que coronan
la espina de la rosa;
las que disgrega el éxtasis en torno
a los banquetes del amor, y las que llueven
ceniza y agonía
sobre la faz del moribundo;
las rosas del poema y las del humo,
las rosas del rosario y las del tigre,
las invisibles rosas de mi sangre y las azules
que hará brotar mi muerte,
mi terraza barrida y la brisa de las rosas
entrando por los balaustres de la tarde;
las rosas que treparon la escalera,
y la que se prendió a la cerradura
al él cerrar la puerta;
las rosas de su sexo y de su pie
restañadas y aún tibias sobre el lienzo
alimenticio y lechal de la mañana,
las rosas del que llegó y aún no se ha ido;
en sus brazos yo las abrazaba:
la lacerante rosa aún no podada
que balancea su olvido sobre el tallo;
y la incomparable que perdura
en todo lo que fue, o pudo no haber sido;
la rosa desnuda de la rosa.

ROSARIO FERRÉ
PUERTO RICO

HAITÍ



Africa he guardado tu recuerdo Africa
estás en mí
como la astilla en la herida
como un fetiche tutelar en medio de la aldea
Haz de mí la piedra de tu honda
de mi boca los labios de tu llaga
de mis rodillas las columnas rotas
de tu humillación
Sin embargo
no quiero ser más que de vuestra raza
obreros campesinos de todos los países...
obrero blanco de Detroit peón negro de Alabama
pueblo innumerable de las galeras capitalistas
el destino nos yergue hombro con hombro
y renegando del antiguo maleficio
de los tabúes de la sangre
pisamos los escombros de nuestras soledades
Si el torrente es frontera
arrancaremos al declive su cabellera irrestañable
Si la Sierra es frontera
romperemos la mandíbula a los volcanes
que refuerzan las Cordilleras
y la llanura será la explanada de la aurora
donde unir nuestras fuerzas descuartizadas
por la astucia de nuestros amos
Como la contradicción de los rasgos
se resuelve en la armonía del rostro
proclamamos la unidad del sufrimiento
y de la rebelión
de todos los pueblos en toda la superficie de la
tierra
y mezclamos el cemento de los tiempos
fraternales
en el polvo de los ídolos

JACQUES ROUMAIN
HAITÍ

PEQUEÑO NOCTURNO


Ella, la que yo hubiera amado tanto,
la que hechizó de músicas mi alma,
la que más blando susurrar de égloga
derramó en el azul de mis mañanas,
me dice con ternura que la olvide,
que la olvide sin odios y sin lágrimas.

Ella, la que me ha dado más ensueños
y más noches amargas,
se aleja dulcemente,
como una vela blanca.

Yo, que llevo enterrados tantos sueños
que cuento tantas tumbas en el alma,
no sé por qué sollozo y por qué tiemblo
al cavar una más en mis entrañas.

OSVALDO BAZIL
REPÚBLICA DOMINICANA

APARICIÓN


Aclimata el carruaje dichoso de tus senos, la tierra de mis
primeras voces,
sus heridas abiertas, sus flagelados gavilanes en la
intemperie nevada.

Una mujer llamada Blanca manipula la jaula escarlata del
misterio
Sobrepasa el límite, una oscura potencia.
¿Grita, imagina, siente?
Teje una cáscara densa de brisa matinal, alivia piedras
decrépitas.

La joven pálida me conduce a un jardín en ruinas.
La veo desnuda, bajo un gran suburbio de palmeras,
exportando el oro del crepúsculo hacia un milagroso país.

Ha regresado la hora silenciosa.
Me circundan las pesadas bahías de tus ojos.

Tú tienes que diseminarte, cuerpo y alma,
en la heredad meliflua de las rosas.

A mi lado pasan lavanderas con sus blancas túnicas, con sus
cofias de inocencia
y las manos entregadas a un rito.

JUAN SANCHEZ PELAEZ
VENEZUELA

NO ES QUE MUERA DE AMOR, MUERO DE TI


Muero de ti, amor, de amor de ti,
de urgencia mía de mi piel de ti,
de mi alma de ti y de mi boca
y del insoportable que yo soy sin ti.

Muero de ti y de mí, muero de ambos,
de nosotros, de ese,
desgarrado, partido,
me muero, te muero, lo morimos.

Morimos en mi cuarto en que estoy solo,
en mi cama en que faltas,
en la calle donde mi brazo va vacío,
en el cine y los parques, los tranvías,
los lugares donde mi hombro acostumbra tu cabeza
y mi mano tu mano
y todo yo te sé como yo mismo.

Morimos en el sitio que le he prestado al aire
para que estés fuera de mí,
y en el lugar en que el aire se acaba
cuando te echo mi piel encima
y nos conocemos en nosotros, separados del mundo,
dichosa, penetrada, y cierto, interminable.

Morimos, lo sabemos, lo ignoran, nos morimos
entre los dos, ahora, separados,
del uno al otro, diariamente,
cayéndonos en múltiples estatuas,
en gestos que no vemos,
en nuestras manos que nos necesitan.

Nos morimos, amor, muero en tu vientre
que no muerdo ni beso,
en tus muslos dulcísimos y vivos,
en tu carne sin fin, muero de máscaras,
de triángulos obscuros e incesantes.
Muero de mi cuerpo y de tu cuerpo,
de nuestra muerte, amor, muero, morimos.
En el pozo de amor a todas horas,
Inconsolable, a gritos,
dentro de mí, quiero decir, te llamo,
te llaman los que nacen, los que vienen
de atrás, de ti, los que a ti llegan.
Nos morimos, amor, y nada hacemos
sino morirnos más, hora tras hora,
y escribirnos y hablarnos y morirnos.

JAIME SABINES
MÉXICO

INSISTIENDO EN EL TEMA


Ella era transparente y azul e intempestiva,
era de granito, de últimos consejos del abuelo
y de cometa que se rompe en el recuerdo.
Llegaba tarde, pero no puedo culparla
porque al acercarse me devolvía las manos.
Descubrió que las huellas son palabras abandonadas
por alguien que no pudo quedarse,
descubrió –también– que al dormir
somos esos que buscamos despiertos.

Había en sus manos cierto de otros que no cesa,
cierto de noticias cargadas de tinta y de balas,
cierto de mí que no retorna.
Había en sus labios cierto de distancia
–distancia de nombres, no de pasos–
que sólo puede ser medida con mis venas.
Había en ella cierto amanecer junto a mis noches.

Ella, aguacero que corta,
partitura del viento,
metáfora de mi soledad;
ella, que aparece cuando quiero extrañarla,
ella, que se deja amar y abre los ojos,
ella que jura que me detesta.
Ella, la que era,
quien fuera,
ha despertado, hoy, en mi cama.

RENÉ NOVOA
HONDURAS

SOLO


Nada he sido
nada soy
sino escondida isla
sin pájaros
ni habitantes
sin voces que la pueblen
yerma
apenas viva
negra isla
huérfana
de la ternura de los nidos
región del vértigo petrificado
sin risas
ni panales
áspera isla soy
hondo lamento arrinconado
en la soledad del viento
polvo y sal
nutren mi médula
desterrada la plegaria
y la esperanza
sin astros finales
sin oráculos
sin nombre
yo la torturada.

CARMEN MATUTES
GUATEMALA

LOS AMANTES


Mientras caminas
por bosques y parques
sólo por besar tus pies
el otoño desnuda sus árboles
sólo por besar tus pies.

El te ama como yo
con ojos infinitos
y como yo
también quisiera
desnudarte de otoño.

Nosotros los amantes
sobre nosotros
la lluvia y el amor
la lluvia sin cesar
sin cesar el amor
sobre nosotros
la lluvia que como el amor
humedece a los amantes.

ARTURO CORCUERA
PERÚ

Y QUE VENGA LA NOCHE



Regálame la risa de tus ojos,
la tenue luz de tu sonrisa,
y el milagro de tu nombre
en mi boca.

Regálame la humedad de tus besos,
el tibio manto de tu abrazo,
y el mar embravecido de tu cuerpo
junto al mío.

Regálame el amanecer de tus pasiones,
el espejo frágil de tus lluvias,
y tu inocencia hecha mujer
con mis caricias.

Regálame tu amor
amor
y que venga la noche…

CARLOS ENRIQUE UNGO
EL SALVADOR

CANCIÓN MARINA EN EL PINAR


Te conocí en el vértice nervioso de una ola,
en la frontera móvil entre el ave y la sal,
entre el astro y el pez. Estabas sola,
centrando la ondulante soledad.
Estabas a media agua, a medio día,
a media nube, a medio caracol.
Abril andaba por la sangre. Ardía
a media primavera el corazón.
¡Qué ruda tiranía
ejercitaba el sol sobre la arena,
sobre tu piel y sobre mi ansiedad!
Contra los bravos músculos del día
"por saborear tu juventud morena"
luchaban los instintos famélicos del mar.
Tus senos, a media alga, a media brisa,
eran proas gemelas a medio navegar;
al aire: eran las aves bebiéndose tu risa;
al agua: eran tus muslos mordidos por la sal.
Como nacen las olas, como los vendavales,
entre las olas estalló el amor.
¡Urgencias del paisaje marino! Los rivales
éramos tres: el mar, el sol y yo.
Después... hacia la tarde y hacia los cocoteros
y hacia tus labios llenos de arena y de sabor...
¡Ah las caricias anchas y densas como esteros
y la sangre en función de mar y sol!
¡Ah los besos salobres, los besos minerales,
y el amor con urgentes costumbres de alcatraz!
¡Ah el amor que se tuesta sobre los litorales
y los besos piratas, sabrosos como el mal!
Nuestro amor es marino, y hoy viene hasta la tierra,
hasta la arisca entraña del pinar;
hoy me hallas en la giba vegetal de mi sierra
( ¡qué de aquel sol y de aquel mar!)
y los labios se buscan...Más...¡espera!...¡Tu risa
ya no es como el oleaje ni como el vendaval,
ya no sabe enredarse como alga tu caricia,
ya los besos perdieron su sabor mineral!
Aquí el amor es arroyuelo y trino,
y clorofila y miel,
y trepa en los peñascos como el pino
y tiene olor a fruto montañés.
Aquí el amor se nutre de gredas y resinas
y es hermano del lirio y del panal.
Los besos son como esas abejas inquilinas
de los robles eternos. Como orquídea y zorzal...
Pero....ese es otro amor. El tuyo es extranjero
en la sierra. No vive sin ola y caracol,
sin los besos salobres, sin besos marineros,
sin la sangre en función de mar y sol.
Este sol es muy frío
para un amor que tiene costumbre de alcatraz.
¡El amor tuyo y mío
no puede aclimatarse en el pinar!
Le digo adiós. No vive de néctar y resinas
el amor que es oriundo del alga y de la sal.
¡Cómo quieres que viva si las aves marinas
caen muertas el día que se alejan del mar!

JAIME FONTANA
HONDURAS

EXILIADA DE TI


Me voy de tu tierra
de tus raíces
de la patria de tu amor
porque quiero vivir
con las alas extendidas
y la sonrisa puesta.

Me voy de tu vida
buscando la mía.

Dicen que el exilio
es infierno y nostalgia.

¿No es acaso
de donde estoy partiendo?

CAROLINA ESCOBAR SARTI
GUATEMALA

PLENILUNIO


A América Lugo

Por la verde alameda, silenciosos,
íbamos ella y yo,
la luna tras los montes ascendía,
y en la fronda cantaba el ruiseñor.
Y le dije... No sé lo que le dijo
mi temblorosa voz...
En el éter detúvose la luna,
interrumpió su canto el ruiseñor,
y la amada gentil, turbada y muda,
al cielo interrogó.
¿Sabéis de esas preguntas misteriosas
que una respuesta son ?
Guarda, ¡oh, luna, el secreto de mi alma;
cállalo, ruiseñor!

FABIO FIALLO
REPÚBLICA DOMINICANA

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