lunes, 18 de febrero de 2008

RASTRO


Tu olor
-el incontrovertible
y brutal olor del amor-
permanece intacto
mientras los besos
se volatilizan
en su propio júbilo
y la humedad
se hace una con la piel.
Tu olor, en cambio,
impregna hasta la médula.
Hasta ese lugar recóndito
donde el deseo anida
y obliga a dejar intactos
los platos del almuerzo
y a danzar de nuevo
hacia la cama,
muertos de hambre
de amor.

JUAN GUSTAVO COBO BORDA
COLOMBIA

1 comentario:

Anónimo dijo...

ay! amar-vida , voy a acabar borrachita .
¡ Cómo huele el amor !

Uhmmmmm... huele hasta la médula.


Eugènie.

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