martes, 26 de febrero de 2008

POEMA 21


Tu voz me sabe a camino,
a amanecer de un día,
a noche plagada de luces.
A veces se aleja de mí
y jura que es definitivo,
entonces quedo viéndome los pies
o muevo una mano
para espantar algún recuerdo.
En ocasiones regresa para cerrarme los labios
y abrirme los ojos,
y me cuenta que se enredó en una garganta,
en los muslos de alguna mujer
o que se sentó frente a la puerta de una casa,
en cualquier ciudad.

Tu voz se precipita en los caminos,
corrompe, resucita,
va desnuda por las calles
bailando una canción que nadie canta,
arrastra los pies
y nace un niño,
sabe de memoria los nombres,
los cumpleaños,
de todos los que han muerto;
corre
y los pájaros regresan,
corre
y aparece
–casi imperceptible–
una sonrisa en el rostro de los abuelos,
corre
y vuelve a mí, bailando.

Tu voz,
es la mejor cura contra los años.

RENÉ NOVOA
HONDURAS

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