En las noches quietas
pobladas por cuerpos
de levedad salvaje
por el olor de grávidos ciruelos
y espejismos en que el deseo
como un puñal mohoso duele
tu placer me aniquila
-irredimible amor-
entre heladas caracolas
y corolas lívidas.
Luego
Luego
un cántico se inclina
bajo el peso del deleite oscuro
y la pregunta triste.
CARMEN MATUTES
GUATEMALA
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