domingo, 27 de enero de 2008

ODA A MALCOLM X




Había una vez un negro de Harlem
que odiaba el alcohol y el cigarrillo.
Que odiaba el vuelo, la mentira y los Blancos.
Su sabiduría venía de la cal viva.
Su verdad brillaba como un rasurador.
Nacido para la dulzura y la bondad
predicaba que el hombre blanco era el infierno.
Y de pronto una noche muy solo con su odio
y sus profecías y su gran tristeza
piensa que acaso los Blancos
todos no sean lobos y serpientes
y llora Malcolm X, el cordero de Harlem
y llorando remonta las calles de su infancia
y hacia lo más remoto del pasado se vuelve.
Atraviesan sus lágrimas los países y el tiempo
y junto con los ríos más antiguos avanzan
y hasta sobre los muros de Jerusalén transcurren
mezcladas con las viejas leyendas de la tierra
alrededor incluso del Corán y la Biblia
que se hacen en el fondo de su dolor, dos islas.
Va a amanecer en Harlem y aún Malcolm continúa
la aventura de sus lágrimas.
Se viste, toma un vaso de leche y va a la calle
y comienza a contar la vieja historia del mundo:
"¡Yo acuso al hombre blanco de sembrador de odio!"
Y seis balas de súbito contra su vida se lanzan...
¡El era Malcolm X, él era un negro rayo
que odiaba las cadenas, las lágrimas y el odio!


RENÉ DEPESTRE
HAITÍ

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