sábado, 2 de febrero de 2008

PRESENCIA


Abuelo, mi padre está llorando
Y yo soy demasiado pequeña para parar sus lágrimas.
Ya tú no estás.
Los corazones tiemblan y se lamentan
Las lágrimas de los mayores hacen que lluevan ciclones
en el cielo de los niños.
Dicen que ya tú no estás, dicen una palabra extraña
y la llave de sus ojos se abre nuevamente
En torrentes que se desencadenan,
En lágrimas de sílex.
Sin embargo, cuando el sol posa sobre el mar su
delicado pie,
Cuando cae la noche como un telón sobre un día cálido,
Cuando la luna alumbra la noche palpitante,
Yo sé que estás aquí
En el murmullo del viento y el esplendor de la luna,
En la dicha de mi corazón abierto a tu presencia.
Siento que estás aquí
Tan cerca, tan cerca que me parece oírte decir:
“Duérmete, mi niña,
Yo habitaré tus sueños.
Duerme y no le digas a nadie
¡Que me has visto esta noche!”

NICOLE CAGE-FLORENTINY
MARTINICA

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