Nuestro amor no está en nuestros respectivos
genitales, nuestro amor
tampoco en nuestra boca, ni en las manos:
todo nuestro amor guárdase con pálpito
bajo la sangre pura de los ojos.
Mi amor, tu amor, esperan que la muerte
se robe los huesos, el diente, y la uña
esperan que en el valle solamente
tus ojos y mis ojos queden juntos,
mirándose ya fuera de la órbitas,
más bien como dos astros, como uno.
CARLOS GERMÁN BELLI
PERÚ
genitales, nuestro amor
tampoco en nuestra boca, ni en las manos:
todo nuestro amor guárdase con pálpito
bajo la sangre pura de los ojos.
Mi amor, tu amor, esperan que la muerte
se robe los huesos, el diente, y la uña
esperan que en el valle solamente
tus ojos y mis ojos queden juntos,
mirándose ya fuera de la órbitas,
más bien como dos astros, como uno.
CARLOS GERMÁN BELLI
PERÚ
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