sábado, 16 de febrero de 2008

NOCHE DE LLUVIA


Espera, no te duermas.
Escuchemos el ritmo de la lluvia.
Apoya entre mis senos tu frente taciturna.
Yo sentiré el latir de tus dos sienes
palpitantes y tibias,
como si fueran dos martillos vivos que golpean
mi carne.
Espera, no te duermas. Esta noche somos
los dos un mundo,
aislado por el viento y por la lluvia
entre la cuenca tibia de una alcoba.
Espera, no te duermas. Esta noche somos acaso
la raíz suprema
de donde debe germinar mañana
el tronco bello de una raza nueva.

JUANA DE IBARBOUROU
URUGUAY

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