jueves, 14 de febrero de 2008

EL SILENCIO


En la sombra cómplice del cuarto,
Al contacto de mis manos lentas,
La sustancia de tu carne
Es igual a la del silencio.

Del silencio musical, llena
De sentido místico y grave,
Hiriendo el alma con una turbación
Mortalmente aguda y suave.

¡Ah, tan suave y tan aguda!
Parecía que la muerte venía...
Era el silencio que dice todo
Lo que la intuición apenas adivina.

Es el silencio de tu carne.
De tu carne de ámbar, desnuda,
Casi espiritualizándose
En la aspiración de más ternura.

MANUEL BANDEIRA
BRASIL

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡ Qué intensidad pone el silencio en la carne desnuda!.
Cuando la voz es la ternura , los poetas ofrecen simple y llanamente música perfecta.
No puedo seguir , amar-vida ...
Eugènie

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